El Madroño se ubica en medio de un latifundio de olivos, cerca de Martos. Su construcción data de 1920, época cuando los propietarios olivareros que vivían en la ciudad popularizaron la costumbre de acondicionar sus edificaciones agrarias para convertirlas en residencia de verano o de fin de semana. Dispone, además de la almazara moderna, de un pequeño museo que expone la maquinaria propia del sistema tradicional de prensado de la aceituna y los depósitos de una antigua bodega. Hoy en día, el complejo esta dotado de amplios salones perfectamente acondicionados para celebraciones, convenciones, etc., rodeados de jardines exóticos que han sido, por su exclusividad, escenario de numerosos anuncios y reportajes de TV.