Pedro Sánchez ama su tierra por encima de todo y siempre quiso situar a Jaén y a su cocina en el mapa gastronómico nacional, algo que ha conseguido con esfuerzo y cariño. Hoy en su nuevo y arriesgado proyecto sigue trabajando arduamente para mostrar todo lo que un cocinero es capaz de dar cuando trabaja en el espacio que siempre soñó.
La cocina de Pedro es sencilla pero intensa en sabores y texturas llevando por estandarte platos tan personales como las quisquillas de Motril con escabeche de perdiz, los riñones de choto con caviar, el tartar de vaca con anguila ahumada o las natillas de coco, miel y trufa.
Bagá es hoy el sueño de un cocinero humilde hecho realidad.